Te dejaste llevar por la corriente. De repente eres uno de
esos alientos sin alma, previsible y conformista. Optimista injustificado,
injustificada. Crucificada a cambio de no sentirte sola, aun sabiendo que la
compañía solo disimula la soledad. La
verdad, es que tu también cargas con este vacío, lo único real que aún
compartimos. Lo poco que subsiste, un triste hueco.