Sapos y culpas.


La pasión de ayer fortalece el odio de mañana. Hoy, es irrelevante. El tiempo solo malcría las heridas. Si besas una rana te conviertes en sapo, no esperes descubrir realeza entre los humildes. Es tarde para creer que aún es pronto. Me conciencio y cargo con mi culpa. Mi culpa y tu estela, que siempre se terminan colando por el mismo orificio.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Aún sigues vivo????
Me alegro, eres un gran escritor, pero recuerda después de la anorexia, la depresión es el único trastorno psicológico que puede llegar a ser letal.
no es precisamente Jesús quien te odia y lo sabes
la alegría,es tan digna como cualquier otra emoción, también se merece ser experimentada
deja de infravalorar-te
la vida es lo que pasa mientras muere