Al igual que todos



El frío de la ciudad desequilibro mis idilios, desestabilizándolos, cancelándolos. El resentimiento tiñe la urbe, color de pena y odio, gris. Las multitudes se aborrecen entre si y yo me siento en medio, en medio de esa masa de resentimiento disparatado, desmedido. Cada persona aporta su pequeña ración de frialdad que envejece un poco más las calles. Todo es más áspero en la ciudad, el contagio de insensibilidad, la polución es sinónimo de ausencia afectiva, que curtió a los más sensitivos, endureció a los más sensibles. Los excrementos de perro son el lado mas blando de la urbe. Fortifiqué mi manera de pensar, refrigeré mis afectos. Al igual que todos, yo también deje de pensar en el resto.

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